martes, 28 de abril de 2009

Sensaciones

Había estado caminando durante un rato, me sentía tranquilo, particularmente sereno. El hecho de tener como techo un abovedado cielo, de un azul pálido, salpicado con trozos de nubes blancas, tan blancas que el reflejo del sol en ellas hacía doler los ojos, un dolor sabroso.

A mis pies, un verdor que invitaba a yacer sobre él; quedarse estático a la espera del no movimiento, de la congelación del tiempo, mas no del majestuoso momento del contacto con la naturaleza.

La brisa soplaba con ligereza, tan suave y dulce que provocaba dar la cara a ella y dejar que el roce con la piel impregnara mi cerebro con un sinfín de deliciosas agujas pinchando mis nervios, oxigenando mi mente y, finalmente, abriéndola a todo lo que me rodea, presta al disfrute y, -¿por qué no?- al hedonismo del momento.

Los aromas que llegaban a través de la brisa, impulsaban olas de placer que me obligaban a respirar cada vez más profundo, rápido y profundo -no se como, pero así era- deleitándome, llevándome a mundos insospechados plenos de fantasías palpables.

Era tal el éxtasis que sentía, que por momentos lograba morder, probar el sabor de los olores: dulces, ácidos, salados, agrios... Las sensaciones volaban, iban, venían, se aproximaban, se alejaban. Por momentos el desespero me atacaba y no sabía cuál seguir. ¡Era todo un espectáculo!

Finalmente, logro la calma. Somos uno, la vida, la naturaleza, yo; somos uno y estamos en paz.

Félix

lunes, 27 de abril de 2009

Al final de la noche

Una brisa fresca entraba por la ventana acariciando la piel. Afuera aún reinaba la oscuridad, aunque ya se podía vislumbrar cierta claridad en el horizonte.

Un tenue ruido se hacía sentir en la habitación.

De pronto volvió el silencio, no se escuchaba absolutamente nada. una sensación de intranquilidad invadió mi mente, ¿Qué sucedía? ¿Qué me había despertado?

Instintivamente levanté la mano e intenté mirar mi reloj. Aquella pesadez que sentía no permitía mayor libertad en el movimiento y mis ojos no se acostumbraban al fondo negro de la habitación. Con mucho esfuerzo me levanté y busqué a tientas en la mesa de noche el despertador -Debo reconocer que uso mi celular como despertador- al palparlo, accidentalmente lo hice caer y el sonido que produjo al chocar con el suelo indicó claramente el desastre, se había abierto.

Todo estaba peor de lo que pensaba -¿Pensar? ¿Es posible hacerlo en el estado en el que me encontraba?- no lograba ver nada, solo la aparente claridad del mundo exterior mostraba el contorno de la ventana. Mas allá de eso, nada.

Comenzaba a preocuparme la falta de estímulos sensoriales, extendí mis brazos y a duras penas reconocí mis dedos, traté de levantarme mas no logré incorporarme, un punzante dolor sacudió mi pie.

No sabía que ocurría. Era como si una afilada daga hubiese penetrado por la planta del pie. Un leve mareo recorrió mi cuerpo. ¡Estoy herido!

Palpé como pude el sitio donde se producía el dolor. Para mi desconsuelo no sentía nada más, no lograba ver la magnitud de la herida; mi cerebro funcionaba a toda marcha sin conseguir tomar decisiones sobre lo que haría.

Finalmente logré controlar mis pensamientos. Respiré profundamente y me incorporé sin tomar en cuenta el dolor que sentía en mi pie. Me dirigí -con la esperanza de no equivocar el camino- a donde creía estaba el interruptor de la lámpara. lo accioné y una luz blanca inundo por completo mi mundo de oscuridad.

Una risa - mas bien diría carcajada- se oyó de pronto.

Me costó entender lo que había pasado, la risa venía de mi interior...

Observé mis pies y no logré ver sangre alguna, es mas, no estaba herido, había pisado la tapa posterior del desarmado celular en una de sus puntas.

Ahora sí podía ver con claridad. Mi ánimo decayó de inmediato. ¡No era hora de levantarme! ¡Ni cerca! Mi sueño había huido. La claridad, esa que había visto, fue una ilusión. No era nada.

Me quedaban horas de insomnio. Peor aún, ¡no sabía el motivo de mi abrupto despertar!

¿Sería un sueño? ¿Una pesadilla? ¿Una realidad?

No tenía fuerzas ni ánimo para investigar, sólo quería que acabara la noche y sumergirme de nuevo en mi rutina diaria, ¡Una vez más!

Félix

lunes, 20 de abril de 2009

Primer día de Trabajo

Coincidencialmente es lunes...!

Para muchas culturas de ésta nuestra actualidad, es el comienzo de la semana, para otras, las jornadas laborales comienzan el domingo. No estoy muy seguro si la religión tiene algo que ver con la implantación del primer día de la semana.
El caso es, que en nuestra vida moderna, en el mundo occidental, el lunes es le primer día de la semana.
Se estarán preguntando, ¿qué tiene que ver todo esto del lunes con el primer día de trabajo?
La respuesta es sencilla, cuando llegaba a mi trabajo pensé en aquellos que no tienen una semana laboral...

¡Ahora si se montó la gata en la batea!

¿Cómo es eso de no tener semana laboral? ¿Acaso los meses no están divididos en semanas?
¡Todo el mundo sabe que es una semana! empieza un lunes y termina un viernes y después de este, el tan esperado fin de semana.

Pues no.
Existe un sinnúmero de trabajos que no están anclados a los días de la semana.

Se han puesto a pensar en los bomberos, los policías, los trabajadores de los hospitales, los operadores de los servicios públicos como el Metro y los ferrocarriles, de las telefónicas, electricidad, agua y muchos otros que en este momento se me escapan. A estas personas no las dejamos de ver nunca - aunque pareciera que desaparecieran cuando los necesitamos - Para ellos la semana puede comenzar indistintamente un viernes, o un jueves o cualquier día.

Los servicios públicos, de seguridad, salud, entre otros, permiten al país seguir funcionando sin importar el día de la semana, el mes o la época del año (recordemos que hay vacaciones de "verano" y navideñas y otras celebraciones o conmemoraciones, además de los feriados habituales). ¿Imaginan mayor caos si en esas fechas nadie trabajara?

Calma, las cosas no son tan drásticas (aunque lo parezcan).

Esa gente labora por guardias; ¿esto qué quiere decir? que laboran por medio de una programación diseñada para cubrir todos y cada uno de los días del año. Bueno, ¿si es del año por qué no en meses y días? Se dice del año para establecer una unidad de medida, aunque en la realidad no importa el año, trabajan por días.

Aclararé esto un poco más. Algunos servicios de seguridad laboran por 24 horas consecutivas y "descansan" - si se puede llamar descanso a eso- las 24 horas siguientes, se podría decir que trabajan un día si y otro no, forzado ¿no? Otros, para el mismo tiempo de trabajo descansan 48 horas -uff, mucho mejor- esto depende en gran medida de las políticas del servicio y la disponibilidad del personal. He oído de otras guardias en las que descansan 72 horas por las mismas 24 de trabajo -gracioso, ¿no? ¿A quién no le gustaría trabajar un día y descansar tres? Lo que ni siquiera nos imaginamos es "dónde" queda ese trabajo y la responsabilidad que conlleva el mismo.

Creo que es suficiente por hoy, en la próxima entrega seguiré hablando de este tema...!

Félix

Nota: Por si no se observó, la conexión de hoy salió de una duda relacionada con la religión y la semana. No fue complicada, ¿cierto?

domingo, 19 de abril de 2009

Comienzo

Es hora. Paradójicamente con el fin llega el comienzo.

¿Por qué escribo esto? ¿Por qué el fin? más aún, ¿Comienzo? ¿de qué?

Es mejor explicar un poco para que todos lo entendamos mejor, o por lo menos yo en primer lugar.
¿Alguna vez se han preguntado por qué rondan las ideas en la mente y por qué no las ponemos en práctica, y que cuando finalmente lo hacemos todo nos sale al revés?
A mí me pasa continuamente.
Sin embargo -no todo puede ser malo, ¿cierto?- en algunas oportunidades pegamos el premio gordo, sin aspavientos o relámpagos o grandes griteríos o primeras planas, una simple y sencilla sonrisa denota el gran triunfo para nosotros, el yo interno gozoso salta de alegría por el logro, el darse cuenta...

Eso me pasó a mí.

Una idea rondaba mi cabeza, venía, se retiraba. Era como si tuviese vida propia y quisiera posarse en la mía para cambiarla por completo. No sé, tal vez venía en forma de sueño, algo inconciente que se esforzaba por ser tomada en cuenta, hacerse realidad.

Finalmente lo logró. No como algo físico, tangible, objetivo...

Era una realidad y, aunque no lo parezca, no era real -que contradicción, ¿no?- creo que así son las ideas.

Ya. Debo dejar de dar vueltas y concretar, pero es que es tan sencillo dar vueltas y escribir lo que va saliendo...

¿Por qué el fin? Porque lo encontré.
¿Por qué el comienzo? Porque la escritura me lleva a un nuevo inicio, uno muy prometedor para mí como persona.
¿Por qué Conexiones? Porque me encanta ver como se hilvana un tema con otro sin perder el hilo ni confundir los temas, algo muy sencillo y que todos hacemos a diario, casi sin pensarlo. Hablamos del clima, pasamos a hablar de los hijos, luego del perro y sus cosas, de política y de cientos de otros temas; superficiales, profundos, personales, generales, hasta de cosas que no sabemos pero que por alguna razón oculta en nuestras mentes aparece sin razón. Si, estoy seguro que más de una vez se habrán encontrado hablando de un tema y terminando en otro que de seguro no guardan ninguna relación como no sea la de sus interlocutores. Por eso Conexiones.

Este es un espacio para conversar, dar opiniones, puntos de vista, preguntar, responder. No importa el tema, lo que importa es que logremos comunicarnos, ya verán, será fácil hacer uso de las conexiones. Con el tiempo veremos que sale, nos harán pensar, nos harán reír, nos harán reflexionar.

No tengo muy en claro la frecuencia de escribir en este blog, podría ser diario - ¿un diario personal público o colectivo? no creo - o semanal, aunque podría ser a cada rato - es que a veces se me ocurre cada cosa y si no las comienzo a escribir quedan en el recuerdo - Si, creo que será así, por puntadas, escribiré por puntadas, y espero hagan lo mismo.

La única limitación es la imaginación, mientras el tema sea interesante para, por lo menos, una de las partes, será suficiente. Eso si, mente abierta, nada de ideas preconcebidas sobre lo que gustará o no, eso se quedará al ojo del lector.

Finalmente, quiero dedicar este blog a todos aquellos que como yo, tardaron en reconocer algo que les gustaba y no consiguen la forma, la manera, el inicio de acometer ese "su proyecto", ¡hoy lo conseguí! ¡Vamos por el él! Les invito a dar el paso, por mucho miedo que le tengamos, si queremos, ¡podemos!

Hasta la próxima...!

Félix